jueves, 5 de julio de 2007

Un artículo neutralizado que nunca me publicaron

Balance / III Congreso Internacional de la Lengua Española


La Mancha se expande
Por Amalia Gieschen

Fue el escritor mexicano Carlos Fuentes quien denominó al ámbito hispanohablante como “territorio de La Mancha”, en referencia al terruño de aquel Quijote que imaginó Miguel de Cervantes Saavedra hace exactamente cuatro siglos. Fue también Carlos Fuentes quien -a raíz de una ponencia pronunciada durante el II Congreso de la Lengua (Valladolid, 2001)- inspiró el eje temático y lema (“Identidad lingüística y globalización”) del III Congreso Internacional de la Lengua Española, efectuado en la ciudad argentina de Rosario del 17 al 20 de noviembre de 2004.

Por qué Rosario

Cuatro días de intenso sol ganados a Buenos Aires luego de una fuerte puja burocrática contra la “macrocefalia” y centralización porteña, puja que se dio por concluida cuando el año anterior al evento (julio, 2003) el canciller argentino (y rosarino) Rafael Bielsa confirmó que el entonces secretario de Cultura de la Nación, Torcuato di Tella, había impartido el sí formal ante el presidente de la Real Academia, Víctor García de la Concha, y el ex cónsul de España en Rosario, Jesús Silva. Nunca mejor elección. Algún periodista dijo que Rosario, localidad de provincia habitada por 1 millón de hispanohablantes con activa y promocionada creatividad cultural, recibiría a sus huéspedes con miramiento superior al que ofrecería la ecléctica ciudad de Buenos Aires, donde se realizan demasiadas actividades simultáneas (imposible enumerarlas) y cuyos habitantes (el triple, sin contar la horda de turistas y de ciudadanos de otras localidades que día a día visitan y trabajan en el centro porteño, respectivamente), dan “otro tratamiento” a los actos culturales.
Los lazos de la ciudad con la península ibérica comenzaron a entretejerse en 1985, cuando los reyes de España la recorrieron por vez primera y el entonces canciller del consulado español en Rosario –Gerardo Hernández Illanes- captó el interés de Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia y Hannover, además de financiación para la construcción de aquello que se daría a conocer como el Centro Cultural España, que cesó de construirse en 1992, el año de las desafiantes planificaciones a largo plazo. Se trata de una edificación con inusual forma de crucero a orillas del río Paraná que funciona mediante un convenio entre la Municipalidad de Rosario y la Agencia Española de Cooperación Internacional. Aquí (y en el teatro El Círculo) intelectuales, periodistas, académicos (casi una década después) nos brindarían la posibilidad de surcar hacia lo más profundo de sus reflexiones, en el marco de un III Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE).

Iniciativas

Como remarcamos, los años 91/92 fueron los de los imponentes alicientes: ingresó a la Real Academia el que sería presidente de la institución y uno de los principales promotores del congreso, Víctor García de la Concha. Además, se fundó el Instituto Cervantes (“enorme observatorio de la evolución del español”, según su propio director, César Antonio Molina) y surgió en Sevilla la idea de armar el CILE cada tres años con el fin de debatir el futuro del español como lengua internacional y globalizada. Por su parte, el 2004 fue el año de las imponentes cifras. Seiscientos veintisiete periodistas de asistencia efectiva contra los 215 del II Congreso Internacional de la Lengua Española de Valladolid. Los 2000 docentes frente a los menos de 300 del evento perpetrado en 1997. Conmemoración de los 400 años del Don Quijote de La Mancha con su correspondiente reedición masiva a precio muy accesible y al cuidado de especialistas de la talla del peruano Mario Vargas Llosa o el casi centenario español Francisco Ayala. Cinco premios Cervantes (el galardón literario más prestigioso en Hispanoamérica) y un premio Nobel, que no domina español: el portugués José Saramago, quien fue el encargado de homenajear a su amigo, el escritor nonagenario Ernesto Sabato. Las cifras parecen indicar de que la última edición del congreso fue la que cobró mayor vigor a futuro y un verdadero asentamiento de las tentativas hilvanadas en las dos versiones anteriores.

Neutralidad internacional
Durante las cuatro jornadas rosarinas, la discusión se centró en la necesidad de impulsar una lengua que –recalando en su identidad, la diversificación- debería neutralizarse –unificarse- a la hora de expandirse y globalizarse. El objetivo: priorizar la consecución del español como segunda lengua de habla internacional en el mundo contemporáneo, luego del inglés. Esta premisa derivó en intensos debates acerca de cómo llevarla a cabo -fundamentalmente por parte de académicos e industriosos culturales- y en cuestionamientos -fundamentalmente por parte de escritores- acerca de la idea del español como lengua neutral para intercomunicarse entre países hispanohablantes que poseen dialectos disímiles o con países de habla no española. Teniendo como punto de partida el poético discurso inaugural del insuflador de la temática a tratar, Carlos Fuentes, es decir, teniendo en cuenta que Estados Unidos es un estado cosmopolita, en el que conviven diversidad de lenguas que han enriquecido –y no socavado- al inglés, un país habitado por 35 millones de hispanohablantes, conformado por un espacio físico menor al del conjunto de países de habla hispana. Esto, de la misma manera en que en América Latina conviven 950 lenguas de importante diversidad -según Colette Grinevald (Universidad de Lyon)- muchas de ellas en peligro de extinción, pero otras con preeminencia sobre el español. Así ocurre en Paraguay, donde el 95% de la población habla guaraní –reconocido como idioma oficial en 1992- y sólo un 6% de la población de ese país habla exclusivamente español. Parafraseando a Ernesto Cardenal, de perder alguna de estas lenguas perdería el español y, sobre todo, perdería el mundo una visión del mundo.

Colonización idiomática

Entre los representantes del empresariado cultural, descolló el historiador y director de la revista mexicana Letras Libres, Enrique Krauze, quien propuso el advenimiento de una industria cultural para el crecimiento de un español neutral en territorios estadounidenses. Semejante propuesta, que posiblemente lo haga meritorio a Krauze de una banca en la Academia Norteamericana de la Lengua Española, fue muy aplaudida por su originalidad y probable eficacia entre los concurrentes, generó recelos relativos a la posibilidad de que la proposición sólo pudiera ser efectivizada por personal de empresas españolas, donde evidentemente el poder económico es mayor al latinoamericano, aunque en España sólo viva un ¡0% del mundo hispanohablante. El periodista del diario mexicano Reforma se atrevió a plantear la encrucijada al Dr. Rainer Enrique Hamel (Universidad Autónoma Metropolitana. Departamento de Antropología. México DF.), uno de los panelistas más críticos sobre la unidad y la atención filológica al lenguaje. “¿Por qué debería ser España (la instaladora de escuelas de español en el imperio boreal)? Porque nosotros, los latinoamericanos, estamos dormidos”, replicó. Hamel, a su vez, adhirió a la crítica que realizó Fuentes contra el concepto –o mito- denominado “choque de civilizaciones”, en especial aquel que tiende a los resquemores frente a la incorporación de anglicismos provenientes principalmente de la mano de la alta tecnología. “El inglés tiene hoy una enorme fuerza porque incorporó un 40% de su vocabulario de otras lenguas”. Un mito más que devastó fue aquel que reduce la cultura únicamente al idioma y oculta verdaderos entramados de poder y penetración económica. “Existe una tradición de ver a la lengua como un objeto idealizado. (...)En los últimos treinta años el discurso psicoanalista ha demostrado que esa condición tan filológica, tan antigua del lenguaje no nos sirve para el siglo XXI. Tenemos que usar otros instrumentos –insinuó- y ver que todo discurso de la lengua está relacionado con las estructuras de poder. Hay enormes intereses económicos implicados. No es casualidad que venga el Rey de España a Rosario. Lo vemos en las inversiones que ha hecho España. Ha comprado los bancos mexicanos y argentinos... y las editoriales (...) La unidad en torno al lenguaje facilita una mayor penetración económica”. En este sentido, quizá todavía duela en los oídos capitalistas la pregunta políticamente incorrecta de una periodista a Francisco de Bergia, director General Adjunto del Presidente del Grupo Telefónica S.A. (casualmente –o no- español) acerca de la responsabilidad que tuvo la empresa que representa en el empobrecimiento argentino.

Muerte y funebreros


Rosario fue escenario incluyente de un contracongreso que se realizó en simultáneo al cónclave oficial. Se trataba del I Congreso de laS LenguaS, amparado por figuras como Eduardo Galeano y Saramago, se diferenciaba del CILE por el acceso irrestricto –y gratuito- a sus instalaciones y al bregar por una pluralidad, sí, pero no para irrigar una identidad neutral, sino multilingüe. Por lo demás, el monolingüismo español, iría para ciertos intelectuales en detrimento de la identidad pluralista que -se ha dicho- configura a nuestro idioma. Dijo el escritor ibérico Juan José Millas: “globalización entendida como homogeneización es la muerte (de la cultura)”. Casi una respuesta para Salvador Gregorio, vicepresidente de la RAE, quien causó revoltijo al defender la imposición del español en detrimento de las lenguas “menores” con las que comparte terreno. Atención. No olvidar que al menos el 10 % de las supuestas 60 mil palabras que integran el vocabulario español proviene del árabe, de los ocho siglos de invasión musulmana en la península. Por tanto, vale valorar la postura de Molina, el director del Instituto Cervantes, quien en sus conclusiones impartidas durante el acto de clausura mencionó que los hispanohablantes tenemos “el imperativo moral y cultural de conservar y dar a conocer los cientos de otras lenguas que se hablan allí donde habitamos”. Sin embargo, los proyectos post-congreso no abarcan el problema de las lenguas que en América no tienen estados que la representen, ni la pobreza como debilitador del vocabulario y, en consecuencia, de la libertad expresiva. A pesar de que existe ya en Internet y pronto a publicarse El Diccionario Panhispánico de Dudas (obra en la que las veintidós Academias de la Lengua Española vienen trabajando desde el año 2000, que tendrá unas 7000 entradas y que surgió debido a las 500.000 consultas anuales sobre el correcto uso del idioma) abarcará usos regionales, sí, será siempre dentro del ámbito del español. Igual con la Nueva Gramática Panhispánica, la Ortografía y el Diccionario Académico de Americanismos. De cualquier manera, podríamos relativizar la omisión indigenista de los académicos argumentando que ellos interpretan la realidad que otros han inventado previamente. “Yo no creo que los académicos enseñen nada. Más bien aprenden. Es un error de la gente creer que la Academia crea el idioma”, destacó el novelista y presidente de la Academia Cubana de la Lengua, Lisandro Otero, en declaraciones para una periodista del diario La Capital. Como diría Hamel, la responsabilidad de la creación y renovación y supervivencia de los idiomas está en principio en sus hablantes, sin descartar el papel de las políticas económicas, que por acción u olvido pueden aislar al diferente. Otro académico, el escritor argentino Héctor Tizón, también se permitió cierta simpática autocrítica. “Sería bueno hablar no sólo ante académicos. Yo soy uno de ellos, pero nosotros los académicos somos los enterradores de la lengua, los funebreros, y al lenguaje lo mantiene la gente de la calle”, recapacitó. La enseñanza del español neutro o panhispánico, no obstante, por ahora será la prioridad. El español funcionará como patria común de los distintos o, mejor dicho, de la comunicación intercultural. No será la lengua de elite que representaron el inglés y el francés para el público internacional. El español da cabida a la imaginación, a la realidad y a la incertidumbre que nacieron con el Quijote. El español es una mancha, y se expande.

El hombrecito del bolsillo azul
Por Roberto Fontanarrosa
(Humorista. Rosario, 1944)


- Pienso que lo opuesto del humor no es lo serio sino lo pomposo. Siempre lo pomposo es un blanco propicio del humor. Si lo académico es muy pomposo, también lo será.
- ¿Para qué sirve un Congreso Internacional de la Lengua Española? Yo me divertí en el Congreso. Y me quedó un bolso azul oscuro, que regalaban a los congresistas, que todavía uso.
- La ciudad de Rosario se llevó muy bien con el Congreso. Hubo mucha participación, alegría y orgullo. Se elevó la autoestima general, también, porque todo salió como se esperaba.

Proyecciones institucionales
Por Dr. Pedro Luis Barcia
(Presidente de la Academia Argentina de Letras)<


Concluido el III CILE, las proyecciones deseables son:
1. Que los más de 2700 asistentes hayan reforzado su conciencia de atención por los problemas que debe enfrentar la lengua española hoy y comprometer su esfuerzo en bregar por la unidad del idioma, para vigorizar su presencia.

Hay cuatro tipos de asistentes al Congreso: Docentes de Letras y Comunicación (interesados el modelo de lengua en los medios) Empresarios de medios e industrias culturales (defendieron el español globalizado que excluya peculiaridades regionales), Creadores, escritores (defendieron la identidad lingüística frente a la globalización del idioma en lengua neutral), Los académicos, filólogos y lingüistas (interpretaron tendencias).

Que los cuatro tipos proyecten una doble preocupación –unidad y decoro- en su ámbito.

2. Que los gobiernos adopten políticas lingüísticas sostenidas en defensa del español, efectuando pactos entre partidos para mantenerlas en medio de cambios políticos.
Los ámbitos especiales de estos convenios serán :
• enseñanza de la lengua.
• supervisión del uso del español en los medios, condenado pobreza y grosería expresivas. La pobreza lingüística demuestra discapacidad expresiva. Nadie es libre al ser cautivo de sus limitaciones. Urge promover la libertad de expresión mediante el enriquecimiento lingüístico.
• defensa de la lengua en regiones fronterizas, respaldando su uso en congresos internacionales. Brasil necesita 200.000 docentes para implementar cursos de español en sus establecimientos.

3. La preocupación de empresarios responsables de medios e industrias culturales, por la unidad de la lengua (hacia donde tienden por negocio) y por una lengua decorosa para comunicarse dignamente.

Por una mayor expresividad en los medios

El papel académico en los medios es capital. Luego del diagnóstico –apocalíptico- sobre el estado de la lengua en ellos, debe venir la terapéutica. Ni condenas ni llantos ni indignaciones modifican la realidad. Sólo la mano que se mete en ella, operativamente, respondiendo a un proyecto de cambio.
Las Academias (asociadas a las de Letras, Periodismo y Educación) DEBEN promover el debate sobre la lengua en medios masivos, con criterio constructivo. Podemos asesorar a las instituciones para buscar vías de mejora del nivel expresivo. Debemos estimular a las Facultades de Comunicación para que refuercen la enseñanza de lengua escrita y oral. La oral es fundamental: el 90% de la labor de una persona se basa en ella (radio y TV).
Las empresas culturales deben luchar por espacios efectivos, RESPALDADAS POR LOS GOBIERNOS y evitar que empresas extranjeras se las devoren. No es fácil el subsidio, pero funciona.
España representa 1 de cada diez hispanohablantes; los otros 9 radican en América. Es indudable: el peso mayor de la lengua se da en América. De allí que, con respaldo de la RAE, la Asociación de Academias de la Lengua Española trabaje en PROYECTOS PANHISPÁNICOS (NO PENINSULARES) buscando unidad pero respetando diferencias regionales o léxicas por país. Unidad en la diversidad.
España asume su nuevo papel de hermana mayor, con más siglos en el uso idiomático. No hace ya de madre. Mucho menos de madrastra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Hola Amalia!, ¿qué tal tu vida?; me hubiese gustado responderte por e-mail el mensaje que me dejaste en el rancho virtual, pero creo que perdí tu dirección; o no la perdí y el tema es que no la encuentro, que es casi lo mismo. Te dejo el mail del rancho por si querés escribirme y nos contamos qué pasa en nuestras vidas: ergodigital@hotmail.com

Saludos desde el más acá...