domingo, 1 de julio de 2007

De como mi amigo Mariano vivió el 2001

DE NADA por Mariano A. (desde Villa Gesell)


Seinfeld, una de las mejores series de televisión hechas nunca...dicho esto por los que “saben” del tema (¿quien m...son??), trataba básicamente DE NADA. Y más o menos es de lo que tratan estas palabras.
Nada es demasiado a veces. La nada es peligrosa en otras ocasiones. Y para los que tendemos a vivir en ella, por rebote nos convierte en testigos de cosas que si son algo.

Hablo quizás del sentimiento de ser algo y a la vez no. Quizá te hayas dado cuenta de ello cuando estás sentado en el subte (si es que alguna vez lo tomaste) y ves esas caras serias, poco demostrativas, sin saber adonde van.
Sentados uno enfrente de otro (o apilados como un lunes a las 8 de la mañana) leyendo algún librito que los transporta a tierras lejanas y mundos imaginarios, perdidos en sus pensamientos...o vendiendo agenditas a “2 x 5 peso´ vieja”.
No hace demasiado me di cuenta de mi terror al comunismo se basa en eso. En la pérdida de la individualidad frente a la masa. A ser uno más de traje gris, perdiéndose en el tráfico urbano para hacer lo que tiene que hacer para vivir.
Una de mis canciones preferidas se llama “Dueño De Un Corazón Solitario”, cantada por Yes. El video de ese tema lo grafica bastante claramente para mi. Un tipo de traje es perseguido por otros, simplemente porque se le ocurre caminar en contra del sentido de los demás. Termina con un halcón volando hacia el cielo. Supongo que habrá finalmente alcanzado su libertad.

Me bastaba saber que a 15 mil kilómetros de mi vida se hallaba el enemigo. Un par de tipos que decían que el bien era para el pueblo. Que la voluntad del proletariado se imponía a la de la burguesía y a la del individuo y bla bla bla..y si no te gusta, morite, en serio, morite.
No llegué a vivir mucho de esa época. Pero nos la pintaron como que estábamos de parte de la luz en contra de la oscuridad. En realidad en contra del color rojo que el comunismo usaba como símbolo.
Me resulta tan difícil no separar ese rojo del de la sangre...

No importa, como aprendí en un año de universidad, todo tiene en su interior la semilla de su propia destrucción. El gran Cuco “made in Russia” cayó estrepitosamente junto con un muro de concreto allá en Berlín. Algo después, bah.
Se pudrió porque como me di cuenta a los 15 años, el hombre siempre tiende a buscar el bien propio. La corrupción, la tentación, la opresión y vaya a saber cuantas cosas más destruyeron esa idea y la tornaron inviable. No tengo nada en contra de ello. El bien común no se halla imponiéndolo a tiros de Kalashnikov ni encerrando gente en Siberia.
Lo que vino después...bueno, lo estamos viviendo.

Y de ahí viene el miedo al abrir mi boca. No puedo olvidarme jamás de la vez en la que dije que en este pueblo nunca pasaba nada. Al otro día, me enteré de un suicidio, de una toma de rehenes en una clínica y de un choque fatal, todo en el mismo día, en este mismo pueblo.
No hace demasiado dije lo mismo de los tiempos que me/nos habían tocado vivir. No me bastaban el saber que un paredón se había caído y las ideologías por las cuales miles habían muerto ya no valían más. Quería ver algo físico, algo enorme. Un Hiroshima, o un Apollo 11.

Me desperté una mañana allá en La Plata. Por acto reflejo busqué el control remoto y prendí la tele buscando algún canal de noticias. Esperaba ver lo mismo de todos los días, piquetes por acá, un Bush del que todos se reían por allá. Pero eso no fue lo que encontré esa mañana de septiembre.
Una de las Twin Towers humeaba como lo que era, un edificio incendiado. La CNN decía que era por el impacto de un avión.
“Otro boludo que se traga un rascacielos”, pensé a la vez que pedía porque en ese momento no hubiera habido gente en esos pisos. Pensé en ello con el viejo dato de ese B-25 que se había estrellado contra el Empire State, durante la Guerra, fijo en mi cabeza. Un piloto inexperto, mucha niebla...sumen dos mas dos y tienen una catástrofe...
Luego otro Boeing 767 daba de lleno contra la torre restante. Como más de medio mundo, me di cuenta de que eso era Terrorismo. Más tarde todos nos enteraríamos del 757 que dio contra el Departamento de Defensa y de otro aparato del mismo modelo, que para muchos fue carne de los F-16.
Luego las torres se desplomaron, en la implosión más grande y espeluznante que vi en mi vida. En vivo y en directo...por CNN.
¿Querías ver algo importante de la manera más gráfica posible?.
He sentido tristezas en mi vida, pero ninguna tan rara como la que tuve ese 11 de septiembre. Una tristeza generalizada. Como una bruma que cubría a todo y a todos ese día. Una que nos dejaba hacer lo que teníamos que hacer pero que a la vez no dejaba de traernos a la memoria lo que había sucedido esa mañana.
Un día de esos en los que vamos a recordar donde estábamos cuando todo sucedió.
Un Hiroshima, un Apollo 11. lo que sea....
Durante un segundo pensé en ese Bin Laden con el que medio mundo ahora se llenaba la boca. Venía oyendo y leyendo sobre el desde hacía años. Y ahora era primera plana en los diarios y palabra suelta en los labios de cualquiera.
Me aterró ese odio que me invadió por segundos contra toda la cultura islámica. Por unos segundos sentí que mi Civilización había sido atacada por la barbarie y que ella respondería con toda la fuerza posible.
Las imágenes de cazas F/A-18 y F-15 despegando de portaaviones y bases. Comandos bajando por paracaídas en medio de la penumbra con sus M-4 silenciadas, y tanques M-1 Abrams rompiendo trincheras y disparando “balas de plata” desde sus cañones sobre sus chirriantes orugas aparecieron para darle forma a la venganza que sobrevendría....porque tenía que haberla. Porque muchos pedíamos sangre.
Esos segundos pasaron, y esas imágenes de revancha quedaron en espera. El amor a la vida y la “tolerancia” que supuestamente hicieron que este sistema apestara un poco menos que el de los rojos aparecieron nuevamente.
No era una guerra de civilizaciones, no lo es. No es un mundo contra otro. Por favor...
¿No era algo grande lo que querías ver?

En estos días, solo basta buscar unos segundos por los canales de televisión para encontrar esos cazas, esos soldados y esos mismos tanques, no como imágenes generadas por la furia de un simple ser humano desolado. Si no como algo real, algo que sucede en otro lugar del mundo. En varios lugares, para ser más preciso.
Esa era la respuesta de mi Sistema. Una respuesta que no termina de darse y que no termino de entender...y a la vez sí. Que nunca es del todo efectiva y que a la vez dista de no tener utilidad. Pero no para todos.

La verdad no tengo idea adonde me están llevando estas palabras. Pues es solo una encadenamiento de pensamientos.
A mi edad he comenzado a darme cuenta de que sé menos de lo que creía. Veo a otros, más jóvenes, arrastrarse por las lodosas arenas de la suficiencia al sostener algo. Los veo discutir, los veo alzar la voz. Pero no concluyo nada. Solo unos años más que ellos y un poco de reflexión introspectiva me dejan en claro que las veces que he usado mi propia suficiencia al mantener una idea durante alguna discusión, ha sido en gran parte para tapar, para encubrir mis propias dudas. Pues tengo más dudas que respuestas. Más misterios que aclaraciones.
¿Para que negarlo?
Si tuviéramos muchas de las respuestas a esta edad, ¿qué diversión habría?.
Quizás esa pequeña y tranquila burguesía a la que todos secretamente aspiramos al envejecer (no todos vamos a ser hippies a los 70...) se adelantaría y el mundo se nos vería aburrido. ¿No lo creen?

Me molesta, casi me asusta pensar cuantos quisieron cambiar el mundo. Y cuantos quedaron en el camino.
Porque de ellos venimos ¿saben?. ¿Y que es lo que nos espera?
Solo espero no seamos un montón de tipos con la mirada perdida. Apretujados en el subte de la vida. Medio muertos, medio frustrados por lo que nunca pudo lograrse.
Pero el impedir eso no depende de la masa. No depende de todos por un ideal, o alguna mierda de esas por las que muchos se han hecho tanta mala sangre, literalmente
Depende, y esto humildemente lo digo, de ser nosotros. De mirarnos dentro y decir que queremos. Que verdaderamente queremos. De nosotros y del mundo.

Quizá dejemos de vernos como rostros mudos en medio de la nada. Y nos demos cuenta de que somos personas. Con nombres, apellidos, sobrenombres, anécdotas, memorias, sentimientos...en definitiva, vidas.
Quien sabe, por ahí evitemos males mayores...o por ahí no..
Al menos no estaremos perdidos en la nada.
¿Viste que todo este palabrerío trataba de Nada?

1 comentario:

Mariano A. dijo...

hace tiempo ya escribí esas palabras, sobre este dia...y me siguen dando que pensar...
gracias por publicarlas...

un saludo grande